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Fundación para la conservación del Patrimonio Histórico de Navarra

Comienza la restauración de la panda este del claustro de la catedral de Pamplona

Los trabajos se trasladan para dar continuidad a la intervención en la panda norte, que concluye este mes.

A partir de este mes de junio la restauración del claustro de la catedral de Pamplona afronta una nueva etapa. La actuación en la panda norte, escenario de las obras desde agosto de 2016, concluye a finales de mes. A partir de ahora los trabajos se trasladan a la panda este, que centrará la actividad en los próximos meses.

El montaje del nuevo andamiaje en el interior del ala oriental da el pistoletazo de salida a la 5ª fase de las obras, correspondiente a la restauración del interior y exterior de la panda, adjudicada a la empresa Sagarte Servicios Artísticos y Restauración. De forma complementaria avanzarán los trabajos de obra civil y reposición de elementos de piedra (4ª y 6ª fase), que correrán a cargo de Construcciones Leache.
Además de intervenir sobre la estructura arquitectónica, los trabajos implicarán la recuperación de algunos de los elementos ornamentales más singulares del conjunto claustral situados en la galería, como el sepulcro de Garro y la portada de la capilla Barbazana. La finalización de estas actuaciones está prevista para la primavera de 2018.

Una intervención muy esperada

A lo largo de los últimos 50 años el conjunto claustral ha experimentado un deterioro acelerado, mayor que el experimentado durante los siete siglos previos. La gravedad de la situación se hizo patente en 2002, cuando la profesora Fernández-Ladreda dio la voz de alarma sobre la pérdida irreparable de muchos de los detalles escultóricos que eran perfectamente visibles en la década de 1950, cuando fueron fotografiados.

A raíz de aquel descubrimiento, Gobierno de Navarra y Ministerio de Cultura estrecharon la colaboración con el fin de obtener un diagnóstico de patologías que desde un primer momento se mostró complejo. En los años siguientes se sucedieron los estudios técnicos (histórico-artísticos, petrológicos y petrográficos, de biodeterioros, etc.), dirigidos desde la Institución Príncipe de Viana y el Instituto de Patrimonio Cultural de España.

Finalmente en 2015 pudo ponerse en marcha la 1ª fase de los trabajos de restauración del claustro, largamente esperada y objeto recurrente de demanda por parte de especialistas y profesionales. Esta tuvo como prioridad la intervención sobre las cubiertas y el sistema de evacuación y recogida de aguas pluviales, con el fin de detener algunos de los principales agentes de deterioro y crear las condiciones necesarias para poder proceder a una actuación integral. La conclusión de los trabajos, que se desarrollan en fases sucesivas, está prevista en el año 2020.

Colaboración institucional

La restauración del claustro gótico es fruto de la colaboración institucional, que quedó plasmada en el convenio firmado en mayo de 2016. Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona y Tudela, Obra Social “la Caixa” y Fundación Caja Navarra sellaron entonces el compromiso para hacer realidad el proyecto, garantizando los recursos humanos y materiales para su desarrollo. Para ello la administración foral se comprometió a financiar un 33% del coste de los trabajos y asumir tanto la redacción de los proyectos como la dirección de obra, realizada por los técnicos del Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana.

El convenio contempla asimismo el desarrollo de un proyecto de divulgación y difusión complementario a los trabajos de restauración. Fruto del mismo es la puesta en marcha durante este mismo mes de junio del programa de visitas guiadas gratuitas que, una vez finalizados los trabajos en la panda norte, permitirán a la ciudadanía acceder a las obras para conocer su desarrollo.

Resultados en la panda norte

Los resultados de la intervención en la panda norte, que ha centrado la 2ª y 3ª fase, son evidentes. Se han consolidado estribos, pináculos y arcos en una compleja labor que ha constatado las variadas patologías que afectaban a los elementos estructurales y decorativos, expuestos a la intemperie y a la lluvia. En algunas zonas la piedra se había convertido en arena. El grado de deterioro era tan grande que ha sido necesaria la reconstrucción completa en cantería de tres de las gárgolas con sus correspondientes pináculos.

Por su parte, en estos meses de tratamiento del interior de la galería, se ha intervenido en todo tipo de materiales: piedra, morteros, policromías de claves, capiteles, y otros elementos de metal (rejas) o de madera (fragmentos de tracerías). El grueso de los trabajos se ha centrado en devolver al soporte pétreo la fuerza de la piedra sana, en la medida de lo posible, cerrando grietas, sujetando fragmentos que estaban a punto de caer, reintegrando aquellos que ya se habían desprendido, limpiando la superficie y aplicando capas de protección que pretenden ayudar a la correcta conservación de los materiales. Destacados son también los resultados de limpieza y recuperación de policromías originales, especialmente en las claves de la bóveda.

Un conjunto gótico excepcional

El claustro gótico de la catedral fue erigido en un complejo proceso constructivo a lo largo de más de dos siglos (c.1280-c.1520), por artistas de primera fila procedentes de distintos focos artísticos europeos como Francia, Inglaterra e Italia.

Integra, con las dependencias canonicales que lo flanquean, uno de los conjuntos más extraordinarios de la arquitectura gótica. Ninguna otra catedral hispana o europea ha conservado como Pamplona la totalidad de las estancias en que se desarrollaba la vida en común de los canónigos, articuladas en torno al claustro destinado a la meditación y el recreo de los canónigos. Desde el punto de vista artístico, se trata de un conjunto de extraordinaria calidad que figura entre las obras señeras del Gótico radiante europeo.

Las cuatro crujías se conciben como luminosas galerías cubiertas por bóvedas de crucería, abiertas al jardín central a través de grandes arcos apuntados con estilizadas y complejas tracerías caladas. Al exterior estos rematan en gabletes y se enmarcan entre profundos y esbeltos estribos, rematados por pináculos y gárgolas, a los que se superpone el sobreclaustro, edificado ya a comienzos del siglo XVI.

Esta obra excepcional alberga un conjunto igualmente extraordinario de escultura monumental. Integradas en la arquitectura, las claves de las bóvedas presentan los meses del año, los vientos, los ríos del Paraíso, escenas del Nuevo Testamento y santos. Los pilares y maineles llevan una finísima decoración vegetal y un amplio repertorio de escenas profanas y de la vida cotidiana, animales y pasajes del Antiguo Testamento. Por su parte, los muros de fondo de cada crujía están especialmente enriquecidos con grandes portadas monumentales policromadas y sepulcros con complejos programas decorativos de escultura y pintura.